Estoy muy contenta por estar de regreso en CLASE este año y deseo que sea un gran año para ti. En las últimas semanas de fiestas he estado cada vez más consciente de la maravilla de celebrar cada día sin importar que sea una fecha especial. Esto lo hemos escuchado muchas veces, sin embargo a veces se queda como una linda frase que no ponemos en práctica. Por el contrario, ponemos todas nuestras expectativas en el “día de mi cumpleaños”, “de mi boda”, “de mi graduación”, “de mi viaje”… ¿y qué pasa cuando llega el momento y las cosas no salen como lo esperábamos? Te sientes fatal, cerraron el restaurante al que ibas a festejar, te dejó plantada la maquillista. O ¿qué tal cuando te vas de shopping en un viaje y compras algo para estrenar cuando regreses, que según tú, será “el día”? Confieso que hace muchos años yo hacía eso y luego no salía el súper evento que esperaba.
Hace ya mucho tiempo que la mayoría de las veces cuando compro algo que me encanta, me lo llevo puesto, porque ESE es el momentazo. Incluso una vez que en Florencia compré una bolsa, les dejé guardada la que yo traía puesta y la recogí en la noche. Cuando todos los días estamos eligiendo celebrar es impresionante la cantidad de posibilidades que se abren a nuestro paso, porque estamos dispuestos a verlas y aprovecharlas. Y además podemos sorprendernos por lo que aparece.
Esto no significa que no disfrutes esas fechas especiales, sino que dejes de poner toda tu energía en algo que ya concluiste que tendría que estar perfecto o por lo menos, de cierta manera. ¿Te has puesto a pensar que tal vez todo podría ser aún mejor de lo que habrías imaginado? Cada vez que decidimos que algo —lo que sea— solamente puede darse de cierta manera, o con posibilidades previamente determinadas, nos cerramos a la magia que existe en el universo en donde las opciones son infinitas.
¿Qué tal que te propusieras este año gozar cada día? ¿Qué importa si es lunes o miércoles o domingo? Saca tu mejor vajilla, la ropa que más te gusta, ponte guap@ para ir al banco o al súper, toma champagne cuando quieras.
Te invito a que todos los días, al despertar hagas una pregunta como ¿qué tomaría para que este día sea mucho mejor de lo que jamás hubiera imaginado? Y me encantaría que me compartieras tus experiencias a través de mis redes sociales.