¿En manos de qué diseñadores dejaron el atuendo más importante de sus vidas las royals? (Fotos: Archivo)
Uno de los días más importantes en la vida de una mujer es el día que se casa y obviamente busca lucir el mejor vestido de novia para verse hermosa, robarse las miradas de todos los asistentes, como buena protagonista.
Estos ajuares se vuelven aún más valiosos cuando se trata de la boda de una representante de la realeza, por lo que hicimos un recuento de los vestidos más emblemáticos e inolvidables de estas reinas y princesas:
Sofía Hellqvist, la ahora princesa de Suecia eligió a su amiga Ida Sjösted para diseñar su traje de novia.
Kate Middleton, duquesa de Cambridge, entró a la abadía de Westminster portando un hermoso diseño color blanco marfil satinado con escoté corazón de Sarah Burton para Alexander McQueen.
El traje de novia de la princesa Diana de Gales fue confeccionado por Elizabeth y David Emmanuel, quienes bordaron a mano lentejuelas y 10 mil perlas en el vestido de tafetán de seda color marfil, de grandes mangas y con una cola de 25 metros. Su vestido fue copiado por varias mujeres inglesas de su época.
La princesa Charlène de Mónaco prefirió lucir un vestido con más sencillo, pero no por eso menos elegante. El diseño fue creado por el italiano Giorgio Armani, liso con aplicaciones de pedrería al frente y más cargadas en la parte baja; el escote caía en los hombros.
La reina Letizia Ortiz entró por la Catedral de la Almudena con un diseño de Manuel Pertegaz inspirado en la `línea princesa´ que se compone de corte continuando desde los hombros al suelo. La parte superior, ceñida al cuerpo y mangas, se deslizaba suavemente a partir del talle prolongándose hasta una cola de casi cinco metros.
Helen Rose tardó seis semanas en confeccionar el vestido de Grace Kelly de Mónaco. Se trató de una pieza creada a partir de seda, encaje y perlas.
La reina Máxima Zorreguieta de los Países Bajos portó un Valentino para el día de su boda. Se trató de un vestido de color blanco marfil con manga larga y ajustada y un discreto cuello redondo, sin nada de aplicaciones, solamente encaje en ambos lados de la falda.
El vestido de encaje que lució la princesa Magdalena de Suecia era precioso, fue firmado por Valetino.