Las 8 tiaras reales más espectaculares del mundo (FOTO: Archivo)
Cada una de las tiaras de la realeza tiene una historia que la hace mucho más valiosa y estás son 8 increíbles ejemplares de este objeto del deseo real. ¿Quién no ha soñado con portar una de estas bellezas?
Tiara Braganza
Es una de las más grandes del mundo, pesa más de un kilo, mide 50 centímetros y tiene diamantes brasileños. Fue un regalo del emperador Pedro I de Brasil, duque de Braganza, a su esposa Amalia de Leuchtenbetg por su enlace matrimonial en 1829. Los duques murieron sin herederos, pues su única hija falleció a los 21 años, por lo que la tiara fue dejada a la hermana de Amalia, Josefina de Leuchtenberg. Josefina se casó con Óscar I de Suecia y la diadema ha pertenecido al joyero de esa monarquía desde entonces. La reina Silvia la ha usado en ceremonias del Premio Nobel y en la boda de su hija, la princesa Victoria.
Tiara de las Esmeraldas
Está hecha de diamantes y esmeraldas, perteneció a la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón. Ella la heredó a su hijo Eugenio de Beauharnais, que se la regaló a su hija Amélia al casarse con Pedro I de Brasil. Al morir, Amélia se la heredó a su hermana Josefina de Suecia. Al ir de mano en mano llegó a la cabeza de la reina Marta, esposa del rey Olav V. Actualmente es la favorita de la reina Sonia de Noruega, quien es la única que puede lucirla al ser soberana consorte.
Tiara de la Flor de Lis
Fue encargada por el rey Alfonso XIII a la joyería Ansorena para regalársela a su futura esposa Victoria Eugenia. En su testamento, la madre del conde de Barcelona la incluyó en el lote de joyas que debe pasarse de reina en reina. Desde entonces la ha portado numerosas ocasiones la reina Sofía; aunque al parecer Letizia no se ha animado a usarla por el símbolo de la monarquía borbónica.
Tiara Rusa
Está formada por setenta barras de platino con 488 diamantes incrustados; fue inspirada en los tradicionales tocados rusos llamados Kokoshnik. Fue el regalo de una aristrócrata a la reina Alejandra, esposa del rey Eduardo VII, en sus bodas de plata. Supuestamente la tiara fue un regalo a la corona británica y es la favorita de la reina Isabel II.
Tiara de los Rubíes
Está hecha de diamantes y rubís en forma de adornos florales. Fue estrenada en 1804 por Désirée Clary, esposa del mariscal Jean Baptiste Bernadotte de Suecia; quien la heredó a su nuera Josephine de Leuchtenberg, quien a su vez la heredó a su nieta la princesa Luisa de Suecia en su boda con Federico VIII de Dinamarca. Tras varios años en la familia real danesa, pasó a manos de la reina Ingrid de Dinamarca, quién era princesa de Suecia. Al fallecer Ingrid la heredó a su nieto, el príncipe Federico para su futura esposa. Desde la boda de Federico con la princesa Mary, ella la ha lucido en varias ocasiones.
Tiara de Zafiros
Es un diseño de la joyería Mellerio, es parte de un juego de dos blazaletes, un collar, unos pendientes y un broche. Está hecha de 31 zafiros y 655 diamantes de Sudáfrica. Fue un regalo del rey Guillermo III de los Países Bajos a su esposa la reina Emma. Emma la heredó a su nieta, la reina Juliana y ella a la reina Beatriz. Al llegar el rey Guillermo Alejandro al trono en 2013, Máxima obtuvo el derecho de lucirla.
Tiara del Imperio Belga
Tiene forma de `bandeau´con once adornos triangulares que sobresalen y representan las nuevas provincias de Bélgica, la ciudad de Bruselas y el Congo (su antigua Colonia). Fue un regalo que el pueblo le hizo a la reina Astrid con motivo de su boda con el rey Leopoldo III. La reina Fabiola la usó en su boda con el rey Balduino y la ha portado la reina Paola de Bélgica en muchas ocasiones. La reina Mathilde no puso usarla hasta 2013 cuando su esposo fue proclamado rey, pues es una joya reservada sólo a soberanas o consortes.
Tiara Gran Ducal
Era propiedad de Isabel Mikhailovna de Rusia, quien la entregó como parte de su dote al casarse con el duque Adolfo de Luxemburgo. Desde entonces ha sido lucida por las duquesas de aquel país como Carlota, Josefina Carlota y María Teresa. Es una de las más grandes del mundo.