Charlène Wittstock nació en Rodesia, lo que hoy es Zimbabue y comenzó su carrera como nadadora profesional en Pretoria. Participó en los juegos olímpicos de Sídney en el 2000 donde conoció al príncipe Alberto de Mónaco, quien quedó prendado de su belleza.
Ese mismo año, ella recibió la medalla de oro en la prueba de 200 metros de espalda celebrada en el principado de Mónaco.
La pareja fue vista por primera vez en los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín en 2006. Él tenía 48 años y ella 28.
Alberto era padre de dos niños Alexandre, nacido en 2003 y producto de su relación con una azafata y Jazmín Gace, nacida en 1992 e hija de una camarera.
Al poco tiempo, la nadadora comenzó a convivir con la familia real, con la cual parecía encajar a la perfección.
En el verano de 2006, Charlène estuvo presente por primera vez en el Baile de la Cruz Roja, uno de los principales eventos reales de Mónaco.
El 23 de junio de 2010 el príncipe Alberto y su hermosa novia, se comprometieron. El principado de Mónaco lanzó un breve comunicado para compartir la noticia. Alberto le entregó la sortija Tèthys a Charlène. Al poco tiempo la nadadora se mudó a la residencia de verano de los Grimaldi.
La boda civil de la pareja se realizó el primero de julio de 2011, a ella sólo asistió la familia cercana.
Entre rumores de una supuesta anulación del matrimonio, el 2 de julio de ese mismo año, la pareja contrajo matrimonio en la iglesia de Santa Devota.
Un tercer hijo ilegítimo del príncipe Alberto puso en riesgo el matrimonio con Charlène, quien según distintos medios, intentó fugarse de la boda.
Incluso algunos medios confirmaron que los recién casados durmieron en hoteles separados durante la luna de miel.
“Todo era tan abrumador y me sobrecogió toda una mezcla de emociones, debido a los rumores y obviamente a la tensión del momento, que me rompí a llorar”, declaró a The Times cuando le cuestionaron el supuesto escape. Además aseguró que fueron días maravillosos y que atesoraba cada segundo de su boda.
Para mayo de 2014 el palacio de Grimaldi anunció que la princesa esperaba gemelos. Gabriella y Jacques nacieron el 10 de diciembre de 2014.
Pese a los rumores de separación entre la pareja, los príncipes presentaron a sus pequeños en una serie de fotografías en las que aparecen juntos.
Meses más tarde los tabloides aseguraron que la princesa abandonó la residencia matrimonial para alejarse de Alberto.
En repetidas ocasiones se han publicado imágenes de la princesa en una mansión del sur de Francia acompañada de sus mellizos y las niñeras de éstos.
La princesa no acudió al Baile de la Rosa de 2015, lo que sorprendió a los medios y aumentó los rumores de su separación.
Para julio de 2015, los príncipes volvieron a aparecer juntos durante el décimo aniversario de Alberto como soberano. En el evento Charlène declaró: “Alberto, eres el príncipe de mi corazón”. Ese mismo día se les vío muy románticos durante el concierto de Robbie Williams con el que se amenizó el festejo.
A finales de 2015 la pareja apareció nuevamente para esfumar los rumores de una supuesta separación. Los Grimaldi posaron junto a sus hijos para la postal navideña que capturó el fotógrafo Christopher Morris.
Sin embargo, el pasado 19 de marzo volvió a ser la gran ausente en el tradicional Baile de la Rosa, fundado por la princesa Grace.
(Esta fue la más reciente aparición de la princesa en el Estadio Louis II el pasado 27 de febrero)
Charlène, como otras princesas firmó un contrato matrimonial, mismo que incluía las siguientes cláusulas. La princesa debía darle un heredero al hijo de Grace Kelly, además de permanecer a su lado por lo menos cinco años. El contrato está a punto de cumplirse, pues en julio la pareja cumplirá 5 años de matrimonio, ¿será que Charlène sólo está esperando que se cumpla el plazo para poder recuperar su libertad?