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Con el final del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto es inevitable no mencionar lo cambiados que están los miembros de su familia desde que inició su mandato en 2013, una de ellas Sofía Castro hija de la primera dama Angélica Rivera y el productor Alberto Castro.
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Sofía Castro llegó a la residencia de Los Pinos cuando solo tenía 16 años, y pese a su corta edad tuvo que enfrentarse a los retos que su nueva vida le imponía.
Mucho de esta transición tuvo que ver con su estilo de vida, sus costumbres, sus amistades y hasta su aspecto físico. Pues es innegable que por lo menos Sofía tuvo un impresionante cambio de imagen a lo largo de estos seis años, el que sin duda, mejoró su aspecto.
Como se puede apreciar en las fotografías de aquella época, Sofía lucía muy distinta a como lo hace ahora, pues su pelo al igual que el de su mamá siempre ha transitado entre los rubios y los castaños claros, sin embargo, cuando ella recién llegó a Los Pinos utilizaba un tono mucho más oscuro en su melena del que estamos acostumbrados a ver.
Otro de los aspectos que con facilidad se puede notar diferente en la actriz es su ceja y su nariz, además que durante la infancia es posible tener más grandes las mejillas y esas zonas se adelgazan cuando iniciamos nuestra adolescencia o adultez.
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Por otro lado, podemos decir que el cambio más drástico de Sofía Castro fue su estilo al vestirse, pues la joven que llegó a sus 22 años en este sexenio pasó de verse muy bien a convertirse en uno de los personajes favoritos de algunas firmas de lujo como Dolce & Gabbana, quienes siempre la han considerado como miembro de la familia #D&G.
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