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La actriz Claudia Álvarez y el productor Billy Rovzar iniciaron su relación hace siete años y hace dos decidieron formalizarla con una ceremonia y una gran fiesta. La boda se llevó a cabo en Punta de Mita, en la Riviera Nayarit, el 19 de noviembre de 2016, y contó con la producción de Jaime González y Alfonso Helfon. Los novios no podían ocultar su felicidad entonces, y tampoco pueden hacerlo hoy en entrevista con CLASE.
La cita fue en la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el Centro de la Ciudad de México. Al bajarse de la camioneta, en la que llegaron juntos, Billy y Claudia no dejaron de sonreír. La química entre ambos es evidente, lo mismo que su buen sentido del humor. Mientras posaban para las fotos que aparecen en este reportaje, la pareja nos mostró un poco de la felicidad que comparten en su día a día. Los pequeños detalles entre ellos se hacen presentes en gestos como Billy tomando la mano de Clau para bajar una escalera o ella volteando a darle un tierno beso, mientras el equipo acomoda las luces. Claudia y Billy comparten su alegría con quienes los rodean y saben hacer a los demás testigos involuntarios de su amor.
Claudia y Billy definen esta como su relación más sana, más bonita y de “no miedos”, para ellos todo es a su tiempo y poco a poco han logrado que sus inseguridades, rezago de relaciones pasadas, se queden atrás. “Yo digo ‘llevamos siete años juntos y dos de casados’. Para mí es una fecha que pusimos para festejar el amor, pero eso no quiere decir que solo llevamos dos años. Estoy comprometida con él”, nos dice la actriz.
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El recuerdo que más atesoran de su boda es su primer baile, “hicimos un baile que fue una locura, hicimos una preparación de meses, hicimos una coreografía… tomamos clases…”, dice Billy, y Clau complementa con una enorme sonrisa: “Sí: nuestro baile. Todo fue muy bonito. Bailamos ‘Estoy enamorada’, de Thalía y Pedro Capó”. Les brillan los ojos cuando piensan en el pasado y aún más cuando voltean hacia el futuro, sobre cómo se imaginan en 10 años, Billy no lo duda y seguro responde: “Yo igual: feliz, con un hijo de nueve… pero igual, igual de activo, buscando el siguiente proyecto y amando a Clau. En una casita más grande, tal vez, pero así: feliz”.
Para celebrar su segundo aniversario, la pareja planea unos días de descanso en el mar: “Nos vamos a la playa, escapamos unos días para festejarnos”, explica Claudia. El año pasado también escogieron ese destino para celebrar su aniversario, aunque lo cierto es que a esta pareja le gusta celebrar el amor todos los días. Se admiran, no solo se nota, se lo dicen abiertamente: “Billy es un hombre que saca lo mejor de mí, me ha ayudado mucho a ser mejor persona, a ser mejor en lo que hago, a impulsarme, a que yo crea también en mí, él ve cosas en mí que yo a veces no veo entonces es un hombre que me da alas. Es mi relación más bonita, más sana, más de entrega, más de amor, de no miedos… junto a él yo no tengo miedo”, explica Claudia, mientras Billy la ve, acaricia su mano y le responde: “En momentos de caos, tú me das paz”.
Cuando Clau y Billy se casaron ya se conocían bien, llevaban cinco años de novios y aunque no hubo sorpresas malas, Claudia considera que sí pasaron por un periodo de acoplamiento: “Yo sí sabía perfectamente todo, porque vivíamos juntos antes… ha habido sorpresas para bien, yo he visto de como empezamos nuestra relación, que siempre ha sido muy bonita y muy sana, a cómo nos hemos ajustado al irnos acoplando en una relación. Hay veces y hay momentos en los que dices ‘¿qué es esto?, ¿cómo reacciono ante esto?’ y ha habido mucho crecimiento personal de parte de los dos y estamos mucho más tranquilos, mucho más estables. Siento la estabilidad en mi vida”.
La relación de la actriz de novelas como “Simplemente María” y obras de teatro como “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas” y ahora de “La obra que sale mal”, con el productor de “Kilómetro 31”, “Cásese quien pueda”, “Matando Cabos” y “No se aceptan devoluciones”, se basa en la admiración, el respeto y una confianza total. En palabras de Billy: “Claudia es una persona que hace el bien en la vida, en lo que sea. El fondo de todas sus acciones es hacer el bien y eso vale oro, esa es la gente a la que le quieres dar hijos en la vida; es luchona, chambeadora, siempre está buscando cómo ganarse lo que tiene, siempre quiere ganarse las cosas y eso me encanta; y pues, es la mujer que me da paz, y eso no tiene precio. Se va a Las Vegas a una despedida de soltera y yo sé perfecto, la claridad del no temor, de la confianza absoluta, yo meto las manos al fuego de que Claudia me cuida, y eso también es invaluable”, explica refiriéndose a la despedida de soltera de Grettell Valdez, viaje por el cual Clau no estuvo presente en la última edición de los Premios Fénix.
Claudia valora el sentido del humor de Billy, su inteligencia y así lo define: “Es un hombre de una sola pieza, de amor, de honor, y eso, hoy en día, se valora mucho más”, considera y añade: “Es el mejor papá, cómo educa a sus hijos… quiero tener hijos con él, por muchas cosas, pero lo veo y digo ‘la calidad de hijos que vamos a tener va a ser impactante’, porque es un hombre que no regaña, que platica con sus hijos, le tienen respeto, no le tienen miedo”. También dice sin titubear: “Me encanta la inteligencia que maneja en todo, en su trabajo, con sus amigos, con su familia, conmigo… Es un hombre íntegro, es un hombre de palabra, es un hombre leal”.
Trabajar Juntos
Este año la pareja se ha encontrado también en el campo profesional con “La obra que sale mal”, un texto de Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields, traducido por Jerónimo Best. La obra, producida por el mismo Jerónimo, Claudia Brett y Billy Rovzar, llega a su segunda temporada en el Teatro Helénico con Claudia Álvarez en el escenario. “La vi en Nueva York, fuimos un día al teatro… me la recomendó Alexis Fridman, un socio mío en Lemon. Fuímos Clau, mi hija Alexandra y yo ¡Y era una cosa! Dolor de cachetes de la risa, algo que yo no había visto en la vida… Te ríes de principio a fin. La vi y dije:‘¡Quiero llevar esto a México!’, y Clau decía: ‘Quiero salir ahí… yo quiero hacer esto’, porque es de esas obras que los actores ven y dicen ‘quiero subirme a ese escenario, es una montaña rusa’”.
Y es que en “La obra que sale mal”, se retrata la acción de una compañía de teatro que por fin tiene la gran oportunidad de presentar una tragedia en un gran escenario, pero todo sale mal, mientras ellos, en papel, tratan de seguir adelante con el diálogo y no perder la seriedad. “El clown es el arte de ver fracasar al actor en escena y para el actor que lo está viviendo es pura tragedia, pero para el público se convierte en comedia. Entonces es maravilloso porque todo el tiempo están pasando cosas. No hay un minuto en que no pase nada y que la gente esté normal. Y para hacer una obra de teatro en donde todo el tiempo están pasando cosas, tienes que ser muy preciso, muy exacto, para no lastimarte, para no lastimar al otro”, nos cuenta Claudia, cuyo momento favorito es cuando a su personaje lo noquean y la acción sigue. La obra no se cae en ningún momento, las risas no paran: “Cuando estás atrás de escena escuchas las risas y hasta parecen grabadas, porque no se detienen y eso lo ves cuando ya estás en el escenario. Es para toda la familia, lo cual nos gustó muchísimo y no hay groserías… es una escenografía maravillosa que es la antagonista”, explica la también empresaria, dueña de Clèeo Studio, quien asegura: “Todos los actores que han ido, dicen: ‘¡Es que yo quiero estar! ¿Qué tengo que hacer para estar? Es impresionante’”.
Claudia y Billy se encuentran siempre en el teatro. “Vo y a todas las funciones de la obra. La gente no se lo espera, pero a veces vas a la taquilla y estoy ahí, sentado a un lado”, dice Billy. No llegan juntos pero siempre se van juntos, nos cuenta Claudia: “Yo tengo que llegar antes para calentar la voz, para hacer estiramientos, para prepararme… entonces, no podemos llegar juntos, pero sí tenemos nuestro ritual para irnos juntos. Cuando termino una función, me encanta que, como sé que Billy ve todas, él me puede dar buenas notas, como ‘Clau esto y esto y cuidado con esto’... son pocas pero yo se las pido, es chamba del director, pero a mí me gusta que mi esposo, que confío plenamente en que es un hombre que sabe qué está bien, qué está mal, me diga cosita para ir puliendo. Obviamente al director es al que le hago caso, pero también a Billy, entonces salgo e inmediatamente veo a Billy y a la gente que me va a ver y estoy de ‘¿cómo estuvo?’”, nos cuenta y Billy agrega con una sonrisa: “Y yo soy el de relaciones públicas, porque junto a toda la gente que viene a verla y la llevo a donde va a salir Clau y le aplaudo cuando sale...”. Emocionada Claudia lanza un “¡Sí! y ya nos vamos juntos a cenar a la casa”.
Trabajar juntos no ha roto la armonía en la casa Rovzar-Álvarez. “Yo soy muy pragmático para resolver problemas y no me clavo y no me engancho. Para mí, enojarte por un problema o preocuparte por un problema, son consecuencias de un cavernícola que vive aún dentro de nosotros, y ya podemos pensar… No me enojo, algo sale mal y lo tengo que solucionar, nada más quito el enojo. De verdad, no me enojo, entonces eso ayuda mucho a que no lleguen problemas”, explica Billy, mientras que Claudia confiesa: “Yo sí… yo soy muy hormonal, más que enojona, soy muy hormonal”, situación que Billy comprende y en la que trata de apoyarla constantemente: “Yo veo a Clau, cuando está enojada y es más bien un ‘¿cómo te contengo?’... A veces la he abrazado y le digo ‘Mi amorcito, son esos días… ven acá’ y se acaba el problema”.
Lo cierto es que no es la primer producción en la que coinciden, en 2011 cuando Claudia entró al montaje “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”, Billy figuraba entre los productores. “Pero ahí no coincidimos”, dice Claudia, y Billy la interrumpe: “Ahí te empecé a enamorar…”. “No, pero ni salíamos, ni nada, ahí no andábamos, para nada. Fue mucho antes. De hecho, fue cuando yo llegué de España, al año y medio sí empezamos a andar”, recuerda la actriz, y el productor remata: “Pero yo todavía al final de tu temporada en ‘No sé si cortarme…’, yo ya te escribía y estabas en gira…”
El día a día
Con una sonrisa franca, esta pareja también nos contó cuáles son las cosas que los enloquecen del otro. Cuando le preguntamos a Billy, Claudia lo animó “¡Vas, mi amor!, ahora sí: sácalo”, le decía mientras reía, pero Billy, sereno, se tomó un momento y respondió: “Que sea hormonal no es fácil, pero se saca adelante; no cocina ni una quesadilla y ya. Y ya. No hay más”, dijo volteando a verla con gran claridad. Claudia, conmovida, le dio un beso y nos confesó: “Sí, es cierto, el que cocina en la casa es él”.
Para la actriz es importante tener tiempo de pareja con su esposo. Nos cuenta que eso si la llega a alterar un poco: “Trabaja muchísimo, o sea, de lunes a lunes trabaja, entonces llega un punto en donde le digo ‘Dame tiempo… ¿y yo? ’, siempre estoy buscando mis momentos, que lo trabajamos y hemos encontrado cómo solucionarlo”. El desorden también podría ser un conflicto, pero Claudia aclara: “Me podría llegar a molestar, pero no, porque gracias a Dios está Rosita, que es un ángel en nuestras vidas, que nos ayuda a los dos a tener orden en la casa”.
A Billy le gusta pasar el tiempo en casa, tranquilo, viendo películas, mientras que a Claudia le gusta más andar en la calle. “A lo mejor que a mí me gustaría que él organizará más cosas en conjunto, de un fin de semana decir ‘ya organicé y vamos a hacer esto, esto y esto’, él es mucho de casa, es mi completo porque yo soy pata de perro, él jamás va a decir ‘Clau, aquí está esto y esto y es lo que vamos a hacer este fin de semana’, entonces lo tengo que hacer yo, es algo que no me encanta, pero lo complementamos b i e n”, considera la actriz.
Sobre sus suegros, Guillermo Rovzar y Gina Diez Barroso, Claudia solo tiene palabras lindas: “Son lo máximo, me han recibido de una forma increíble”. Mientras que de la mamá de Claudia, Victoria Ocampo, Billy acepta: “¡Me ama! El primer día que me vio, me la cantó: ‘A ver, a ver, a ver… Si se van a casar, el matrimonio es para toda la vida’ y yo así: OK. Yo creo que ella supo antes que nosotros”.
El futuro y los hijos
“¿Quieres hacer reír a Dios? cuéntale tus planes… ahorita estoy de lleno en ‘La obra que sale mal’. Estaré como hasta enero o febrero y de ahí hay muchas cosas platicadas, varios proyectos platicados: una serie, una película, pero hasta no concretar, no quisiera decirlo”, nos cuenta reservada Claudia, pero Billy complementa: “Te puedo decir que sí vamos a hacer una película juntos, una comedia romántica… vamos a hacer posiblemente algo en televisión, se está gestionando ese proyecto para Clau, tanto en cine como en tele, juntos”.
El productor también estará muy ocupado en los siguientes meses, pues no solo está trabajando en “Monarca”, la primera serie para Netflix en la que Lemon Films participa y que cuenta con la colaboración de Salma Hayek; también en unas semanas iniciará la filmación de “Matando Cabos 2”, sobre la que nos adelanta: “Empezaremos en tres semanas a rodar, ¡Finalmente! Después de año y medio y de estar buscando el guión perfecto porque ‘Matando cabos’ salió en el 2004, entonces realmente no te puedes agarrar de ‘ahí, los que la vieron, entonces van a entender esta porque vieron la otra’, tienes que pensar en una película que se pare solita. Va a estar increíble, se va a enfocar en Mascarita y Tony, el canibal, entonces va a ser más esta cosa de Joaquín Cosío y Silverio Palacios haciendo sus personajes entrañables”. Billy también está involucrado en el futuro lanzamiento de “Hermanos Márquez Castillo”, que es una producción que hizo con Alazraki, “dirigen mi hermano, Fernando, y Mark Alazraki. No va a ser ese el título final, le estamos buscando título, pero es una comedia maravillosa, es un guión que iba a hacer Sacha Baron Cohen y al final lo compraron los Alazraki, y estamos viendo cuándo se va a estrenar”.
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Pero en el futuro de este matrimonio no todo es trabajo, también sueñan con ser padres. “Sí, estamos buscándolo. Estamos a punto de tomar la decisión, esperando a que Clau termine la obra y posiblemente la película y ya se tomará la decisión”, nos dice Billy. “Sabes ¿qué pasa? que mucha gente dice ‘¿cómo? llevan tantos años juntos y no tienen hijos…’, algo maravilloso que hemos compartido Billy y yo, es que hemos disfrutado, cada etapa de la vida al máximo, sin prisas, desde que empezamos a salir todo fue un proceso súper lento, súper bonito, como con mucho cuidado, mucho respeto, y así ha sido toda nuestra relación sin prisas en absolutamente nada, entonces creo que cuando llegue la bendición de los babies, es porque será el momento adecuado. Nosotros nos hemos disfrutado muchísimo en nuestro matrimonio, hemos viajado como locos, hemos hecho muchísimas cosas increíbles… su hijo vive con nosotros… o sea, son como cositas que teníamos que vivir para ser mejores, para cuando lleguen los babies estemos al 100%, e igual, sin prisas y va a llegar en su momento, pero los medios de comunicación nos han presionado más porque piensan que hay tiempos”, considera Claudia. “A ellos les interesa la foto o la nota, o la portada, pero a nosotros nos interesa que sea el momento de Dios, no hay otro”, complementa Billy, quien ya tiene dos hijos: Max de 18 años y Alexandra de 15, con quienes Claudia tiene una excelente relación.
Sobre ¿qué le dirían a los medios ante esta intensidad sobre el tema de que tengan un bebé?, Claudia responde: “Pues nada, es su chamba. Entiendo perfectamente, llega un momento en el que digo ‘a ver, chicos, cada alfombra roja me dicen lo mismo, créanme que no ha cambiado’, y créanme que no van a ser los primeros en saberlo cuando esté embarazada, no lo van a ser, va a ser mi familia… entonces, entiendo que es su trabajo y a mi ya me corresponde decirles ‘chicos, todavía no’... es parte de su trabajo”, finaliza la actriz.