Fotos: Cortesía casa real de Noruega
Mette-Marit siempre fue una princesa diferente. Su pasado, nada real y sí muy escandaloso —por ser madre soltera y ex pareja de un narcotraficante— no sentó nada bien en el país escandinavo. Sin embargo, el príncipe Haakon, futuro rey de los noruegos, supo defender su historia de amor con esta joven que vino a romper todos los moldes de una princesa.
La de ellos fue la primera boda real del nuevo siglo, un cuento de hadas que marcó la pauta para que otras casas reales abrieran las puertas a mujeres plebeyas, sin sangre azul, pero que a su vez inyectaron modernidad y dinamismo a estas viejas instituciones. Eso representaron Mette-Marit y Haakon para las monarquías europeas.
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Como esposa del heredero, Mette-Marit no estuvo exenta de tropiezos a lo largo de los 17 años que llevan casados, pero se ha adaptado hasta ser una de las royals más queridas de Europa.
Por lo mismo cuando la semana pasada, la casa real de Noruega dio a conocer la noticia de que Mette-Marit sufre de fibrosis pulmonar, una ola de preocupación y especulaciones se levantó en todo el mundo.
Ausencias que crean sospechas
En los años recientes mucho se comentó sobre la poca actividad oficial de la princesa, lo cual incluso llevó a algunos medios a bautizarla como “la princesa floja”, pero apenas su círculo más cercano sabía lo que realmente estaba sucediendo: su salud se estaba debilitando impidiéndole llevar una vida normal.
La fibrosis pulmonar es una enfermedad crónica e incurable, se caracteriza por la cicatrización del tejido profundo de los pulmones lo que dificulta la respiración, hay tos seca y constante, dolores musculares y pérdida de peso sin razón aparente, de ahí el cansancio dado que la sangre no recibe suficiente oxígeno.
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En el caso de la princesa Mette-Marit ha sido un diagnóstico prematuro por lo que todavía queda un largo camino qué recorrer en cuestión de exámenes médicos. Algo determinante será conocer el origen de su padecimiento, ya que hay dos variantes de esta enfermedad: la idiopática y la sistémica. La primera es mortal, se desconoce el origen y es común en personas mayores a 70 años. La segunda es provocada por una enfermedad autoinmune, como el lupus o la sarcoidosis, que es común en los países nórdicos, y tiene un pronóstico más positivo ya que permite una mejor calidad de vida.
Una princesa optimista
Apenas se dio a conocer la enfermedad de Mette-Marit y la ola de especulaciones se levantó. De ahí que los príncipes herederos accedieron a dar su primera entrevista a la cadena de televisión noruega NRK, en donde pudimos ver a una princesa optimista y fuerte, en contraste con la cara de preocupación que tuvo el príncipe Haakon, por más que trató de mostrarse entero.
“He estado luchando contra este problema de salud desde hace algunos años, pero en los últimos tiempos estos episodios han sido más frecuentes. Esto significa que hemos pasado por un proceso bastante largo para descubrir más sobre qué es y es ahora que empezamos a tener más respuestas. Resulta que es un caso más crónico de lo que esperábamos, pero esto también significa que tenemos más piezas de este rompecabezas en su lugar, por lo que también es un gran alivio para mí. Se trata de una fibrosis pulmonar y necesitaré más estudios. Iremos resolviendo las cosas con el tiempo pero es evidente que tendré que enseñarme a vivir con incertidumbre. Creo que parte de la vida se trata de aprender a vivir con incertidumbre. Ese es el camino para mí también, pero soy muy optimista sobre lo que sucederá después y estoy muy feliz de tener tan buenas personas a mi alrededor, y no menos importante es que se descubrió a una edad tan temprana. Está claro que nunca es agradable hablar sobre tu salud en público, pero es necesario ya que será un periodo donde tendré que practicarme más tratamientos y estaré alejada”, dijo.
En tanto, Haakon declaró: “Se ha descubierto de manera temprana y ha sido muy estable hasta ahora. Creo que con algunos ajustes, es muy probable que haya muchos días buenos por delante”.
Al siguiente día y para dar un mensaje de tranquilidad y estabilidad ante el revuelo que causó esta noticia, la princesa asistió a la cena ofrecida en el Palacio Real a los miembros del Parlamento noruego. Mette-Marit se mostró sonriente y con el mejor semblante.
Con esta triste noticia la familia real noruega está por concluir el 2018, un año complicado para todos ellos, quienes sin duda estarán codo a codo luchando junto a Mette-Marit para sobrellevar esta enfermedad, que deja con una gran incertidumbre el futuro de esta monarquía.
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