En la vida del genio detrás de Tesla, Elon Musk, existe una mujer que sacó sola a sus tres hijos y que ahora se ha convertido en una supermodelo de 70 años de edad. Ella es Maye Musk, quien ha revelado cómo fue la crianza de sus hijos en un departamento sencillo canadiense y con poco dinero en los bolsillos.
(www.instagram.com/fginyc/)
"Crié a mis hijos como madre soltera con muy poco dinero, y sobrevivimos. Solíamos vivir en un apartamento de alquiler en Toronto, con Elon en el sofá. Tres semanas las ocupé para limpiar, luego guardé algo de dinero para comprar sábanas de 5 dólares. Finalmente compré camas, luego una computadora y después esas sillas, siempre puedes trabajar en el suelo. Me corté el pelo, usé zapatos de 19 dólares y me subí a desfilar en la pasarela. No necesitas masajes para ser feliz", reveló Maye Musk en una entrevista que dio para el diario The Guardian.
Maye Musk nació en una provincia de Canadá, Regina, Saskatchewan, en el año de 1948. Cuando cumplió tres años de edad, ella y su familia se mudaron a Sudáfrica donde vivieron por muchos años. Ahí, a los 15 años, comenzó a modelar y en 1969 se convirtió en Miss Sudáfrica. Un año después, se casó con Errol Musk y concibieron tres niños: Elon, Kimbal y Tosca.
Años después, el matrimonio se disolvió y ella con los niños se regresaron a Canadá. Con dos especialidades en nutrición, Make Musk reveló que no es aficionada de las leches vegetales, que no está obsesionada con el khale y tampoco toma suplementos vitamínicos. "Nunca he tenido un cuerpo de traje de baño. No es modestia, es algo que he aprendido de ser una modelo. Mi cuerpo es tan bueno como la comida que pongo en mi boca. Nadie me ha pedido que me haga un lifting o que me inyecte botox. Y para un 'niño' de 70 años lo estoy haciendo bien", confesó en la entrevista al diario inglés.
La supermodelo ha revelado, también, que desde que su hijo Elon Musk se coronó como un genio, su carrera despegó con mayor fuerza. "Tal vez empiece a disminuir a los 96", dijo Maye. La abuela del genio de Tesla se jubiló a los 94 años porque trabajar la hacía muy feliz, y su abuelo falleció a los 73 años en un accidente de aviación.
"I’m always working. It’s my worst habit, but it’s worth it. My whole family is the same, from my parents to my 11 grandchildren".