Fotos: Archivo El Universal, Getty Images y AFP
La primera etapa en la vida de Harry estuvo marcada por un ambiente familiar muy inestable, debido a la guerra marital que vivían sus padres, Carlos y Diana, por la presencia de Camila Parker-Bowles. Los tabloides, como el ring perfecto para ventilar la batalla, no ayudaban mucho para el sano desarrollo de un niño de su edad.
Ver llorar a su mamá, Lady Di, por los rincones del palacio de Kensington, era algo normal para aquel niño, que además mostró desde muy chico una rebeldía inusual que le quitó el sueño a varios en palacio. La muerte de Diana en aquel trágico accidente automovilístico de 1997 en París, dio un vuelco inesperado a la vida de Harry, que solo sirvió para acentuar más su carácter rebelde.
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Su único gran compañero por aquellos años fue su hermano, el príncipe William, quien era y sigue siendo su gran confidente. Otra persona determinante en su vida, quien además le brindó todo su cariño y aquella imagen materna que el destino le arrebató, fue su entonces nana Tiggy Legge-Bourke; sí ella, de quien Diana sentía tantos celos pero que al final, luego de su muerte, fue la única que estuvo pendiente de sus dos hijos. Sin embargo, cuando Tiggy se casó con el oficial Charles Pettifer en 1999, los príncipes nuevamente quedaron solos al cuidado de Carlos, quien no se caracteriza por ser un padre especialmente amoroso. De hecho se dice que hasta la fecha la relación con ellos no es fluida.
Las largas estancias en internados y más tarde en el ejército, hicieron que el hijo menor de Diana jamás tuviera una dinámica familiar rodeada de normalidad y amor. Pero hoy, quizá por primera vez después de un par de décadas, Harry ya puede gozar del calor de hogar junto a Meghan Markle, la única mujer capaz de darle la estabilidad que tanto soñó.Estes erá el primer cumpleaños que el príncipe pasará como un hombre casado y su situación personal ha dado un vuelco de 180 grados.
Desde su boda los duques de Sussex han tenido una agenda de lo más apretada; además de cumplir con sus compromisos oficiales, las escapadas familiares o con amigos han sido una constante que parece no terminar. Desde el verano, Harry y Meghan han hecho espacio, por ejemplo, para pasar unos días de descanso en la casa de Amal y George Clooney en Italia, o también han recibido a Doria Ragland, madre de Meghan, en su casa de campo de Oxfordshire en los montes Costwolds donde ha permanecido un largo periodo en agosto. Suegra y yerno mantienen una excelente relación y sobra decir que Meghan y su madre están muy unidas.
La ex actriz de Suits ha sabido dar a su esposo un ambiente familiar cálido, pero sobre todo muy normal donde ella misma cocina, como pudimos enterarnos cuando revelaron que el día que Harry le propuso matrimonio, preparaban pollo. Un hogar lleno de sabores y momentos íntimos que quizá Harry no ha vivido en mucho tiempo o que simplemente no conocía, formarán parte del ambiente que le estará rodeando este año en su cumpleaños.
Por si fuera poco, circulan fuertemente rumores de que Meghan podría estar embarazada.Lo que ha disparado las alarmas es que apenas el pasado fin de semana se supo que Doria,enfermera de profesión, había tomado un curso sobre cuidados para bebés, y dos enfermeras del centro The Cradle Company, en Pasadena, habían ido a su casa para enseñarle primeros auxilios, asesoría en lactancia y cuidados básicos antes de viajar a Gran Bretaña, donde se piensa mudar en los próximos meses.
Este sábado 15 de septiembre sin duda será inolvidable para Harry, quien por primera vez disfrutará feliz de un cumpleaños junto a su esposa en casa en medio de un ambiente familiar. Y quién sabe, tal vez incluso pensando en nombres para un futuro bebé.
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