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Ver el cuerpo de su abuelo con tinta fue la primera señal de que él sería un rockstar en el mundo de los tatuajes. Jonathan Valena, mejor conocido como JonBoy, es ahora un must si alguien quiere marcar su cuerpo con un detalle elaborado con la aguja más fina y el gusto más exquisito. Bastó con que una influencer le pidiera un punto blanco en su dedo para que el boom de su nombre despegara en todo el planeta.
Fiel cristiano, JonBoy siempre habla de la gracia de Dios, en el que confía absolutamente. Por eso, en distintas entrevistas ha comentado que haber tatuado el dedo de Kendall Jenner no fue una casualidad, sino una muestra de que no estaba equivocado. "Sabía que podía tatuarlos y aún así tener fe. Todavía tenía el amor de Dios en mi corazón", dijo recientemente para el sitio Grailed.com
Y es que debido a su fascinación por la comunidad de tatuadores, la iglesia que alguna vez lo cobijó acabó por rechazarlo; sin embargo, JonBoy continuó con lo que él creía era su misión, confesó en la entrevista.
Volunteer Highlight: JonBoy from HillsongNYC on Vimeo.
Justin Bieber es uno de sus clientes principales (le puso una diminuta cruz cerca del ojo), además de las integrantes del clan Kardashian- Jenner, la modelo Hailey Baldwin y Lindsay Lohan, por mencionar algunas celebridades.
JonBoy vive en Nueva York pero se crió en Chicago, donde vivió con su disfuncional familia: una madre amorosa que soportó a un esposo violento y alcohólico. Quizá debido a ello, el tatuador minimalista tuvo problemas con ciertas drogas cuando era aún menor de edad, pero ha narrado que un día se cansó de esa vida y buscó ayuda: con el paso del tiempo, se convirtió en pastor de jóvenes que le recordaban su infancia.
Luego de haber invertido parte de su vida en aprender y perfeccionar su técnica, JonBoy laboró en distintos estudios. Cierto día se enamoró y se fue a vivir a Minnesota. Se casó, tuvo un hijo, se divorció y conoció a otra persona, con quien se mudó a la Gran Manzana, de acuerdo con un artículo de The New York Times.
"Sentí, hombre, que fallé en todo", dijo. "Fallé en mi matrimonio. Fallé a mi familia, estoy fallando en esta relación. Estoy fallando en la ciudad de Nueva York. Fallé convirtiéndome en un pastor de jóvenes. Me sentí perdido ".
Ahora, JonBoy sigue tatuando, sigue creyendo en Dios y cobra uin mínimo de 300 dólares por tatuaje. Es tanta su demanda que agendar una cita con él podría hacerte esperar varias semanas.