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Manolo Caro es uno de los directores de cine y televisión más reconocidos y exitosos en nuestro país, su reciente éxito es la serie, transmitida en Netflix, “La casa de las flores”, de la que todos hablan en redes sociales. Nació en Sinaloa, por ello una de sus canciones favoritas es "El sinaloense", aunque creció en Guadalajara y en cada obra que produce se pueden identificar claramente sus raíces y su personalidad.
Con 33 años se ha convertido en uno de lo talentos mexicanos más jóvenes del momento, aunque no siempre estuvo rodeado del glamour y de fama. Según la revista Quién, Manolo Caro es hijo de Norma Alicia Serrano y Gil Caro, él creció junto a sus hermanos en un granja donde los caballos y animales eran miembros importantes de su localidad.
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Caro creció siendo el menor de muchos hermanos, en una familia caótica y según sus propias palabras “muy mexicana”.
A muy corta edad tuvo que superar la pérdida de su padre Gil Caro, quien falleció a causa de un accidente automovilístico, por lo que su madre tuvo que recurrir a trabajar como agente inmobiliario para poder sostener a su familia.
Desde muy joven se destacó entres su compañeros de clase y amigos por su habilidad para escribir y contar historias, un talento con el que se debe nacer para poder triunfar en el cine. Las personas que mejor lo conocían se deleitaba con los relatos que Manolo Caro les contaba.
Manolo vivió hasta los 15 años en Guadalajara, luego se mudó Sídney para estudiar inglés, regresó a México y comenzó sus estudios profesionales en el TEC de Monterrey. Ingresó a la carrera de arquitectura, pero cuando la agencia de publicidad BBDO lanzó una convocatoria buscando creativos para el lanzamiento del Smart, aplicó, entró y se mudó a la Ciudad de México para trabajar.
Al principio de su carrera fue ayudado por los actores Juan Manuel Bernal y Cecilia Suárez. Manolo Caro también ha dicho que al inicio de su profesión sus compañeros se sorprendían por sus grandes capacidades, pues pese a que era de los directores de menor edad que ya había acumulado importantes logros.
Sin duda, fue el inmenso talento para relatar y recrear historias lo que catapultó a Manolo a la cima del éxito, entre sus obras más aclamadas encontramos producciones como: No sé si cortarme las venas o dejármelas largas y La vida inmoral de la pareja ideal.
En lo personal, el director de “La casa de las flores” se tuvo que enfrentar a uno de los episodios más difíciles en su vida, cuando fue secuestrado, un momento en su trayectoria que dejó atrás pero siempre mantiene presente.
“Si he hablado de mi secuestro es para mostrar apoyo a aquellos que han sido privados de su libertad”, explicó Manolo en una entrevista para la revista Quién.
Entre los familiares más cercanos de Caro se encuentra su hermano Óscar Uriel, quien es un aclamado crítico de cine. Óscar y Manolo se mudaron juntos a la Ciudad de México para poder crecer juntos y cultivar su pasión por el cine, cada uno desde su trinchera, pero sin duda uniendo esfuerzos y corazones. Durante una entrevista para portada de CLASE, el director de cine nos comentó:
“Lo que me dice mi hermano es algo que me importa mucho, siempre le pido consejos, le hablo para consultarle cierto tipo de elencos, también cuando tengo un texto terminado se lo paso para que lo lea”.
Una de las cosas incómodas que ha tenido que pasar el director es que cuando comenzó a tener éxito y resonar su nombre, le preguntaron si era hijo o familiar del narcotraficante Rafael Caro Quintero, pero él desmintió que tuviera una relación familiar. Es del norte, se apellida Caro pero no tienen un lazo sanguíneo.
La vida de Manolo Caro es un ejemplo de éxito y de orgullo, pero sobre todo de esfuerzo y de trabajo. En fechas recientes el director ha levantado la esperanza de una segunda temporada de “La casa de las flores”, noticia por la cual el público se estremeció.