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Desde que Meghan y el príncipe Harry unieron sus vidas en matrimonio muchas situaciones cambiaron en la vida de ambos. Markle, quien pertenecía al mundo del espectáculo, tuvo que acatar un protocolo real de una cultura que no lo era propia. Harry, por su parte, quien se dio a conocer como uno de lo miembros de la realeza británica más controversiales, se mantiene al lado de su esposa en todo momento para apoyarla.
Uno de los estatutos que más le ha costado respetar y acostumbrarse a Meghan, ha sido su look. Fuentes cercanas a la corona inglesa aseguran que sus elecciones al vestir todavía no son del todo acertadas.
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Pues Meghan estaba acostumbrada a vestir y usar la moda bajo la influencia del mundo de Hollywood, sin embargo, el estilo de la realeza se deja guiar por la elegancia y la formalidad, manteniéndose siempre al tanto de las tendencias y modas.
Por ello el príncipe Harry se vio en la necesidad de vetar uno de los atuendos del armario de Meghan, el conjunto que fue rechazado fue un esmoquin negro, creado por la diseñadora inglesa Stella Mccartney, quien también diseñó el segundo vestido de novia de Markle.
La decisión de Harry se basó en los gustos de la reina Isabel II, quien prefiere las faldas y los vestidos. Pocas veces hemos visto a la duquesa de Sussex, desde su enlace nupcial, usando pantalones, incluso son contadas las veces en que un miembro de la familia real de Inglaterra del sexo femenino es captada enfundada en unos pantalones.
La mamá de Harry fue unas de las primeras, Lady Di a finales de los ochenta fue captada portando un esmoquin negro con chaleco verde esmeralda.
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