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En su acta de nacimiento se lee “Henrik Marie Jean André de Laborde de Monpezat nacido en Talence, Aquitania el 11 de junio de 1934”.
Cuando apenas era un niño vivió en Vietnam (entonces conocida como Indochina francesa) con su madre, Reneé Doursennot, y su padre, Andrés de Laborde, condes de Monpezat (1907-1998). Ahí Andrés tenía negocios prominentes que le permitía a él y a su familia llevar una vida privilegiada.
Vietnam fue testigo de sus primeros cinco años de vida donde por decisión familiar no asistió a la escuela local, recibiendo junto a sus hermanos la educación primaria en su casa bajo la supervisión de su madre. Cuando la familia al fin regresó a la residencia familiar, Le Cayrou, en Francia, Henrik comenzó su preparación secundaria en la escuela superior francesa combinándola con estudios en idiomas, fue políglota a muy temprana edad: dominaba el francés, danés, inglés, chino y vietnamita.
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Sirvió en el ejército francés durante la Guerra de Argelia, la guerra desarrolló aún más su gusto por la poesía. El príncipe ha publicado varios libros desde entones. La literatura también es lo suyo, hasta un libro de recetas escribió pero no es la única gracia que tiene, también posee un hermoso viñedo en su natal Francia.
Estudió Derecho y las Ciencias Políticas en la Sorbona de París. Su profesión lo llevó a Londres donde trabajó en la embajada de Francia y es ahí donde conoció a la que sería su esposa, la entonces princesa Margarita que estudiaba en aquella ciudad.
Una cena con un grupo de amigos es el lugar donde se conocieron y más tarde coincidieron en un auto rumbo a una boda. Dicen que de una boda sale otra y así fue en su caso, en el auto Henri comenzó a cortejar a Margarita.
La pareja se enamoró y contrajo matrimonio el 10 de junio de 1967 en la iglesia de Holmen de Copenhague, fruto de su amor nacieron los príncipes Federico (26 de mayo de 1968) y Joaquin (7 de junio de 1969) que son como el agua y el aceite. El primero salió más a Margarita y el segundo es muy cercano a su padre. De hecho el príncipe Joaquín nombró a su cuarto hijo, Henrik en honor a su padre.
Siempre ha sido un hombre inquieto que si no escribe poemas bajo el seudónimo de H.M. Vejerbjerg, administra su viñedo en Cayx o corre autos. Para nada se quedó como adorno de Palacio. Todo lo contrario, Henrik, siempre buscó un lugar dentro de la corte danesa sin olvidar sus sueños y gustos, fue fiel a él mismo.
Como príncipe consorte la vida no fue fácil ya que constantemente recibía ataques sobre su papel como esposo de la reina e incluso se le criticaba el marcado acento francés que nunca pudo corregir. Sobre el tema escribió en su biografía "No aprendí correctamente el idioma danés y probablemente haya afectado la forma en que las personas me han visto como persona. Muchos pensaron que no quiero ser danés. Es un fracaso de mi parte”.
Pero a veces los ataques iban más allá y los medios no se tentaban el corazón publicando rumores sobre sus infidelidades y hasta sobre su verdadera orientación sexual.
El papel como esposo de la Reina fue el gran tema no resuelto en su vida. Henrik siempre peleó porque se le nombrara Rey consorte, algo que nunca consiguió creando una brecha entra él y Margarita.
Para ella, él siempre fue su gran debilidad, bajaba las manos antes cualquier petición de su gran amor sin embargo en lo único que no pudo darle gusto fue en eso. Las leyes son las leyes aún siendo la reina de Dinamarca.
Henri despechado, anunció en 2016 su jubilación y su renuncia al título de príncipe consorte. La reina le dedicó unas emotivas apalabras a su compañero “Agradezco profundamente todo el apoyo, la ayuda y la inspiración que me ha dado durante todos estos años”. Y es que Henrik en verdad fue un compañero leal a la sombra de su esposa pero en los últimos años todo cambió.
Estaba empeñado en cambiar su título e incluso en tener más peso que su propio hijo Federico, príncipe heredero, por quien a veces llegó a sentir unos celos terribles.
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En 2002 por ejemplo, abandonó Dinamarca ya que en la Cena de Año nuevo y con la ausencia de su esposa, fue su hijo Federico y no él el designado como anfitrión del acto.Entonces se instaló en la Cayx, donde para sorpresa de todos dio una conferencia de prensa “Durante muchos años he sido el número dos de Dinamarca y he estado satisfecho con ese papel, pero no quiero quedar relegado al número tres después de tantos años” comentó a los medios que se sentía humillado por esa decisión.
Un hecho que fracturó la relación con su hijo, el príncipe heredero y que lo acercó más a Joaquín. La reina y sus hijos fueron a verlo para convencerlo de que regresara pero él se negó. Entonces lo dejaron y al ver que no conseguía lo que quería, terminó volviendo a Palacio.
El año pasado fue quizá el momento más critico en cuanto a sus protestas al decir que la reina lo tomaba como un tonto y que se negaba a ser enterrado junto a ella.
“Si ella quiere que me sepulten a su lado, tiene que nombrarme rey consorte, eso es todo. Mi esposa no me ha mostrado el respeto que una esposa ordinaria debe mostrar a su cónyuge. Mi mujer decidió que ella quería ser reina, y estoy muy contento por eso; sin embargo, como persona, debe saber que si un hombre y una mujer están casados, entonces son iguales [...] Es mi esposa la única que puede hacer algo al respecto”.
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Sus palabras lastimaron profundamente a Margarita pero también sirvieron como foco rojo para darse cuenta que algo no estaba bien. Tras varios estudios la Casa Real anunció que el príncipe sufría demencia como una manera de justificar el papelón que había hecho. Desde entonces no se le vio en actos oficiales. Se supo que a finales del año pasado viajó a Egipto donde enfermó teniendo que ser internado en un hospital que aquel país para luego ser trasladado a Copenhague. Le detectaron un tumor en el pulmón derecho que fue benigno pero una neumonía ahora ha acabado con su vida.
El día de ayer por la noche la Casa Real anunció su fallecimiento.
“Su Alteza Real el Príncipe Henrik murió este martes 13 de febrero a las 23:18 horas en silencio en el Palacio de Fredensborg. El príncipe estaba acompañado por su Majestad la Reina y sus dos hijos”. Descanse en paz el “Príncipe rebelde” de Dinamarca.