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“Su Alteza Real el Príncipe Henrik murió este martes 13 de febrero a las 23:18 horas en silencio en el Palacio de Fredensborg. El príncipe estaba acompañado por su Majestad la Reina y sus dos hijos”. Así ha llegado finalmente el anuncio de la Casa Real sobre la muerte del príncipe consorte.
Luego de su traslado del hospital Rigshospitalet al Palacio de Fredensborg, todo indicaba que su muerte era inminente.
Le sobreviven su esposa, la reina Margarita, sus dos hijos, los príncipes Federico y Joaquín, sus dos nueras, Mary y Marie, así como sus 8 nietos, los príncipes Nicolás, Félix, Cristian, Isabella, Josephine, Vincent, Henrik y Athenea.
En menos de un año se fue
De gozar una buena salud, los problemas de Henrik comenzaron a mediados del años pasado para finalmente anunciarse el 6 de septiembre de 2017 que padecía demencia. Un diagnostico que entonces explicó la conducta errática que estaba presentando un día sí y al otro también, al reclamarle a su esposa el hecho de que nunca lo nombró rey consorte. Como venganza el príncipe aseguró a los medios que no quería ser enterrado junto a Margarita además de un sin fin de acusaciones que sirvieron como luz roja para descubrir su enfermedad.
Desde entonces apenas se le vio en público.
El pasado mes de diciembre durante unas vacaciones en Egipto comenzó a sentirse mal, fue internado en aquel país para luego ser trasladado a Dinamarca donde le detectaron un tumor en el pulmón izquierdo que resultó benigno. A pesar de que había quedado fuera de peligro, su salud se vio debilitada tras padecer una fuerte neumonía que acabó con su vida.
Descanse en paz el príncipe rebelde que siempre luchó por ganarse un lugar en la corte danesa y exigió que se le nombraran rey consorte sin ningún éxito. No sin antes causarle grandes dolores de cabeza a su querida esposa, la reina Margarita.