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Desde pequeña, a Susana le inculcaron el servicio y el amor por el prójimo, un ejemplo que recibió de su familia. “Mi papá, Roberto Palazuelos Bassols, era abogado y para todos nosotros es básico atender a la gente y que sea feliz. Además, nací en Acapulco en el hotel Los Naranjos que era de mi abuelo. Nuestra casa estaba separada de éste, así que traigo la hospitalidad en la sangre”, expresa.
Sobre los orígenes de su toque especial en la comida típica mexicana, nos platica que la cocina que aprendió fue la de los abuelos de su mamá y que con el tiempo también aprendió a meterse a los mercados y “ver cómo sazona la gente de los changarros”.
Susana Palazuelos en una imagen del pasado con su esposo Mario y sus hijos Eduardo y Carla
Después, cuando estudió hotelería, en Suiza, Susana aprendió que esa conexión con la gente era su pasión y agrega que el hecho de ayudar a los otros no es un don, sino parte de la educación de cada persona. Está convencida de que es un valor que se debería enseñar en las escuelas: “Te genera un gran sentimiento ver que al ayudar a alguien le cambias para bien sus condiciones de vida. También aprendí que lo importante no son los logros económicos, sino saber que pudiste hacer más por tu entorno, tu comunidad y tu país. Y si logras que la gente te apoye, incluso puedes hacer más por ellos”, nos dice.
La chef en una tierna foto con su hija Carla
La chef es un personaje clave de la “Época Dorada de Acapulco”, y es que a este puerto le tiene un amor muy especial pues nació allí y fue de las pioneras en promoverlo como destino turístico para realizar grandes eventos. Empezó de poco a poco, siguiendo la pasión que le despertaron los fogones de sus abuelos maternos. Conforme se daba a conocer, su cocina alcanzó niveles insospechados. “Tuve la enorme suerte de que el día que hice el banquete para la inauguración del restaurante Yes de Barón Jay De Lavalle y Carlos Romero, en Acapulco, estaba todo el jet set. Así, al saber que yo tenía un delicatessen y un catering service, me llamaron los Barones di Portanova, que estaban construyendo una casa y querían hacer una fiesta, en donde también había muchas personalidades, como Henry Kissinger, entre otros. A ellos les conseguí una langosta zapatera fresca, que ya casi no se consigue y la preparé con la receta de mi mamá”. Así, los eventos que organizaba se convirtieron en su mejor carta de presentación y ha mantenido este prestigio y fama no solo en su natal Acapulco, sino en todo el país, hasta la fecha.
“La cocina que yo aprendí es la de los abuelos de mi madre. También he aprendido de meterme a los mercados y ver como sazona la gente de los changarros”
Susana con su papá Roberto Palazuelos
Anécdotas con sazón del tiempo
En casa de Susana, suena el teléfono lo mismo por una llamada familiar, un vecino en búsqueda de una recomendación, hasta el contacto de una celebridad o miembro de la realeza que la busca para contratar sus servicios. “Un día ya estábamos toda la familia por salir de camping y me regresé porque estaba sonando el teléfono y que me dicen: ‘Queremos que sirvas hoy (un Viernes Santo), una comida para el príncipe de Marruecos, a las dos de la tarde quiere agasajar a los Barones di Portanova que lo visitan’”. Nos cuenta que no tuvo más que decirle a su familia que se cancelaba el viaje y se fue al mercado corriendo a ver qué encontraba para preparar el bufete para los distinguidos comensales.
Esa vez pudo comprar almejas, ostiones y distintos tipos de pescados. “Mientras estaba concentrada en la cocina preparando la comida, de repente entra un señor y comienza a hablarme, yo le platico emocionada todo lo que había conseguido, le mostré el pescado que estaba muy fresco y estuvimos hablando largo rato”. Relata que una vez que había acabado el bufete, se le volvió a acercar el mismo señor para felicitarla y le dijo que todo había estado muy rico. “Después veo que al terminar el evento, él se levanta de la mesa y le siguen 20 personas. Se me acerca uno de ellos y me pregunta: ‘¿Qué hizo?’. Yo ingenua le contesté: ‘¿Qué hice de qué?’ Y me contestó: ‘Qué hizo para que el príncipe llegara y la felicitara, a nosotros nunca nos dice nada, solo cuando algo está mal hecho’. En ese momento me di cuenta de que había estado hablando con el mismísimo príncipe de Marruecos ¡y yo tratándolo como a cualquier otra gente!”, nos cuenta Susana como una de sus anécdotas más significativas de su vida.
Susana con el empresario Carlos Slim
En 2015, el ex primer ministro de Inglaterra, Tony Blair, fue el invitado de honor del Tianguis Turístico de Acapulco, cuando Claudia Ruiz Massieu era la secretaria de Turismo: “Me pedían prestada la casa que teníamos en Acapulco, yo hice 18 Tianguis seguidos, así que ya conocían mi estilo y forma de trabajar, por lo que siempre que tenían un evento especial me llamaban”. En esa ocasión había más de 40 empresarios y políticos, entre ellos el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán. Esta famosa cocinera nos comenta que se le ocurrió darles unos tamales de chipil rellenos de queso Oaxaca, salsa de chile de árbol y unos chiles jalapeños rellenos de queso crema. Un menú muy mexicano. “A la mitad de la cena Tony Blair quiso hablar conmigo y se me acercó para decirme: ‘Can I have more of those little things?’ (¿Me podrían dar más de esas pequeñas cosas?) Antes de irse, le dijo a Claudia que por favor me llamaran y me dijo: ‘I can’t leave without saying goodbye’ (No me puedo ir sin decir adiós). Fue un gesto muy lindo”, recuerda.
Susana también ha atendido a muchos mandatarios. Al presidente Enrique Peña Nieto le ha cocinado en varias ocasiones. “Me acaba de mandar una carta de felicitación que ya mi hijo Lalo mandó a enmarcar”, nos confiesa cuando hablamos de él.
SUS PREMIOS
En diferentes momentos de su vida, la chef ha sido reconocida en nuestro país por su papel en la gastronomía mexicana y como embajadora turística de nuestra cocina. En todo momento, su familia la ha acompañado para celebrar con ella estos logros.
Taquitos para la Reina
Otra de sus anécdotas que nos cuenta, muy guapa y cómoda en el sillón de su casa de la Ciudad de México, es que una vez le pidieron realizar un banquete para la reina Isabel II de Inglaterra. Aunque hubo ciertas condiciones, nunca le pidieron prueba del menú, incluso ella propuso que cambiaran el lugar donde tenían planeado hacerlo, del Centro de Convenciones de Acapulco al Fuerte de San Diego, y el resultado -comenta- fue todo un éxito. “Esa vez hubo cerca de 300 personas, cuando se despidió, el embajador me dijo que la reina Isabel II había ‘limpiado el plato’ y aseguró que había sido el mejor banquete que le habían servido en sus dos visitas a México”. Esa vez la monarca comió picaditas y taquitos de pollo.
LA CENA PARA LA REINA ISABEL II
La chef sirvió una cena para la monarca en marzo de 1983 en Acapulco. El menú que sirvió fue el siguiente:
CANAPÉS
Picaditas
Taquitos de pollo con guacamole
Quesadillitas de queso con salsa de mexicana de guacamole
MENÚ
Sopa de flor de calabaza
Langosta parisien
Tomate con ensalada rusa
Huevo relleno con caviar
POSTRE
Piñitas de la sierra con sorbete de piña al Grand Marnier
Su libro alrededor del mundo
Otra de las facetas de Susana es la literatura que enaltece la gastronomía mexicana. Ella es autora de los títulos: “Mis menús favoritos”, “México, una herencia de sabores”, “El gran libro de la cocina mexicana”, entre otros. Sin embargo, siempre soñó con tener un libro internacional en el que pudiera destacar la comida mexicana y ese sueño lo pudo convertir en realidad. “El director de la editorial Wellon Iwen hizo ‘México The Beautiful Cookbook’, un libro con 250 recetas de todas las regiones. Ahí junté todas las recetas de mi mamá, papá, tías, abuelas, etcétera. Armé el libro, lo mandé a la editorial y me dijeron: “That is not Mexican” (Esto no es mexicano) pues no había recetas de fajitas ni nachos”, nos cuenta entre risas. El libro ha sido todo un éxito, ha sido traducido en siete idiomas y Susana ha viajado a distintos países para promover la cocina mexicana con este ejemplar a lo largo de los años.
“Para mi es una inspiración, no sólo ha sido una gran madre, también es una gran patrona y amiga”
EDUARDO PALAZUELOS
Mario: su compañero de vida
La chef más consentida de la sociedad mexicana disfruta durante la entrevista de la compañía de su esposo, Mario Wichtendahl, quien estuvo atento durante toda la plática, y no duda en decirnos que, sin él a su lado, no hubiera podido lograr el éxito del que ahora disfruta.
Fue una sorpresa que al preguntarle sobre la comida que se sirve en la casa de una de las chefs más importantes del país, la reacción de ella es de risas y nos confiesa que su marido es vegetariano, por lo que en el desayuno básicamente comen fruta. “Si acaso, un huevo y mi marido un jugo, y para la comida preparamos ensaladas, pescado y sopa, pero nada de pan o postres”.
Por su parte, Mario nos platica sobre su relación con esta apasionada de la gastronomía. “Por supuesto, hemos tenido altibajos, pues los dos tenemos características distintas, pero finalmente nos hemos acoplado y complementado en muchas cosas, realmente somos el uno para el otro”, explica amoroso y sin ninguna duda.
Así es como en esta plática llena de sabor y relatos contados a fuego lento, Susana Palazuelos nos comparte sus memorias en un año muy especial para ella. En estos 40 años, su talento y creatividad en la cocina le han hecho obtener muchos reconocimientos nivel nacional e internacional, sin embargo, para ella lograr que las recetas de la cocina mexicana sean apreciadas no solo en el país, sino en el mundo, es su mayor logro.
Su esposo Mario Wichtendahl y su hijo Eduardo son sus más grandes apoyos
PAVO ADOBADO RELLENO AL HORNO
La chef nos comparte la receta que preparará este año para Navidad
Rinde 20 porciones
Grado de dificultad: medio
Tiempo de preparación : 3 1/2 horas
INGREDIENTES :
1 pavo de 5 kilos
300 g de chile ancho
4 clavos
1 pizca de comino
7 cucharadas de manteca o aceite
2 hojas grandes de plátano
RELLENO:
1/2 kilo de carne maciza de res
1/2 kilo de carne maciza de cerdo
2 cebollas
10 dientes de ajo
1 kilo de jitomates
Chiles curtidos al gusto
250 g de aceitunas
250 g de almendras
200 g de pasitas
1 copa de vino o jerez
2 litros de agua
Manteca o aceite de maíz o de cártamo para freír
Sal al gusto
INSTRUCCIONES:
Pique el pavo con un cuchillo filoso por todos lados, para que se impregne con los diferentes sabores. Úntelo por dentro y por fuera con ajo molido y sal, déjelo macear toda la noche en un lugar frío. Al día siguiente prepare la salsa de chile. Ase en un comal el chile ancho, desvénelo y muélalo con las especias. En una cacerola caliente el aceite y fría la salsa durante 30 minutos a fuego regular o hasta que espese, sazone con sal . Unte al pavo con un poco de esta mezcla y rellénelo con la mezcla de res. Cierre bien todos los agujeros y coloque el pavo en un recipiente para horno. Vierta el caldo de cocción de las carnes y agregue un poco de salsa de chile ancho para darle un buen color; cubra con las hojas de plátano. Caliente el horno a 200 C y hornee el pavo durante 30 minutos, baje a 150 C y hornéelo aproximadamente durante dos horas y media o hasta que esté suave. Bañe constantemente con la salsa para que no se reseque. Servir el pavo en un platón.
RELLENO:
Hierva el agua con dos dientes de ajo y media cebolla, agregue la carne de puerco y de res y cocine durante 30 minutos. Reserve el caldo. Pique las carnes en cuadritos y también el jitomate, el resto de la cebolla y los ajos. Caliente el aceite en una cacerola gruesa y ponga a freír la cebolla con el ajo, deje que se cristalicen y agregue el jitomate; deje a fuego suave durante 15 minutos. Agregue el recaudo a la carne y cocine durante 20 minutos, añada los chiles curtidos picados, aceitunas, almendras y pasitas. Sazone con sal y vierta la copa de vino.