El rey Felipe de España tuvo un gran amor antes de casarse con Letizia Ortiz. (Foto: EFE)
En 1997, Felipe acudió a Oslo al festejo del cumpleaños del rey Harold, el príncipe heredero le presentó su hermana Martha Luisa y a una amiga, se trataba de la modelo Eva Sannum, quien estudiaba publicidad.
Eva y el príncipe se flecharon. La modelo rubia de 22 años lo impactó con su presencia, mide 1.85. La invitó a Madrid junto con un grupo de amigos donde también figuraba Haakon. La prensa no se jactó de la relación del príncipe con la bella escandinava hasta 1999 cuando fueron captados esquiando en St. Moritz.
La relación era seria, sus viajes a la India y a paradisíacas playas fueron portada de revista, se dijo que Eva no era bien vista por la familia real, en especial por el rey, el escándalo llegó a tanto que hubo rumores acerca de que el príncipe renunciaría a sus derechos; sin embargo, los rumores sobre un próximo compromiso se acrecentaron cuando Eva acompañó al príncipe a la boda de Haakon y Mette Marit de Noruega, la joven lució un vestido azul muy llamativo, creación de la diseñadora noruega Nora Farah, era muy descubierto y con amplio escote y, por si fuera poco, se rumoró que Eva no tuvo un comportamiento digno de una futura reina.
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Al final el cuento de hadas se acabó, el príncipe renunció al amor y hasta se dijo que se había abierto una grieta en la relación padre e hijo; el príncipe anunció su ruptura declarando a la prensa, en la que vistió pantalones vaqueros y una mirada triste:
“Eva y yo deseamos comunicar, de mutuo acuerdo, que no habrá compromiso en el futuro. Queremos anunciar que hemos puesto fin a nuestra relación, habiendo llegado a esta determinación después de reflexionar de manera íntima sobre ello. Tras ese período de reflexión, hemos decidido, en libertad y en la intimidad, por razones personales, que cada uno siga su propio camino en la vida”.
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También lanzó un deseo: “Espero que Eva y yo sigamos siempre siendo amigos. Sus cualidades son numerosas y quiero destacar algunas: su fortaleza, dignidad, sensibilidad, capacidad de superación, sentido de la justicia y determinación por llegar a la excelencia de lo que se propone siempre me han impresionado. Y no sigo porque nunca acabaría de hablar”. Ante los periodistas -atónitos por las sorpresivas declaraciones- hizo otra petición: “Espero que la dejen un poco tranquila ahora y pueda seguir sus estudios”.
Era la primera vez y la última que Felipe hablaba públicamente de su relación con la modelo noruega y lo hacía para dar por terminado un noviazgo de cinco años que nunca fue confirmado oficialmente pero que siempre se vio a distancia como una relación donde el amor era genuino, un auténtico cuento de hadas.
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Fue la Navidad más amarga para don Felipe, con el tiempo se supo que aquella decisión fue motivada por las recomendaciones de algunos consejeros de su padre, quienes consideraban a la modelo inapropiada para ser algún día la reina de España, incluso José María Aznar –presidente del gobierno español en aquel entonces- también mantuvo una conversación con Felipe en la que le transmitió lo que muchos pensaban: se trataba de una cuestión de estado en la que debía prevalecer el interés general de España por encima de cualquier sentimiento personal.
Felipe y Eva Sannum tomaron caminos separados, el entonces príncipe de Asturias optó por la permanencia de la estabilidad familiar y, sobre todo, de la corona, sus allegados aseguran fue la decisión más difícil que ha tomado en su vida: renunciar al amor.
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Después de romper con el príncipe, Eva Sannum se convirtió en una gran publicista que ha ganado varios premios en el sector, que reconocen la calidad de sus textos como creativa. También forma parte, como representante de la opinión pública, de la Comisión Profesional de Prensa.
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Algún tiempo tras regresar a Oslo se enamoró de Torgeir Vierdal, un publicista con el que actualmente tiene dos hijos pequeños, en su cuenta de Facebook se le ve feliz y dedicada en su rol de madre, alejada del protocolo real, dirige exitosamente la compañía Geelmuyden Kiese.
Sin embargo, al hacer una retrospectiva no existe duda de que esta bella noruega forma parte de la historia de España, forma parte de la vida del rey como su gran amor, un amor que se vio truncado por el deber a la corona y a las presiones de la misma.