Nirvana Hank es una talentosa amazona y gran filántropa. (Fotos: Verónica Garduño)
Es la menor de los 19 hijos del empresario Jorge Hank Rhon, fruto de su último matrimonio con la entrañable María Elvia Amaya. A sus 17 años hace su entrada triunfal a las páginas de la prensa del corazón acompañada por la fiel “Trudy”, su impresionante yegua con la que compite en el circuito hípico. Nirvana es la hermana pequeña de Alejandro Hank y Tigre Hank, los jóvenes que a lo largo de su carrera -como torero y tenista- se han hecho de un nombre propio. Hoy es el turno de Nirvana de mostrar que en sus venas también corre esa pasión deportiva que la lleva a saltar obstáculos obteniendo triunfos, convirtiéndola en una joven promesa de la hípica.
Nirvana Hank vive en Tijuana, Baja California, donde lleva una vida muy tranquila con una rutina específica. Su prioridad son sus estudios en una reconocida escuela de la ciudad fronteriza y su entrenamiento como amazona. A su corta edad se ha convertido una persona muy responsable que sueña hacerse de un nombre en el circuito ecuestre. El día de nuestra entrevista, Nirvana estaba regresando de un concurso nacional, aún con la sonrisa en los labios, ya que no sólo el resultado fue exitoso sino que logró comprobar que sus grandes cómplices siempre serán los caballos, a quienes les dedica tanto tiempo.
El significado de su inusual nombre, ella lo define como: “Un estado que puede alcanzarse a través de la meditación”. El budismo y el hinduismo lo consideran como una manera de alcanzar la felicidad a través de la eliminación de todo deseo. Nirvana procura tener sus momentos ‘zen’, sin embargo, no tiene precisamente una vida tan relajada, al contrario, cuando toma los estribos, es imparable.
Se le ve en los concursos de hípica como toda una amazona, desde muy temprana edad monta y lo hace de manera fenomenal, su química con los equinos es muy especial. Esta fuerte conexión y la pasión que adquirió gracias a su padre (quien desde que era muy niña la introdujo al mundo ecuestre), la ha llevado a montar con tanta naturalidad que jamás ha representado un reto para ella animarse a saltar: “El primer salto fue el más difícil, tienes muchos miedos pero están en un tu mente, una vez que lo haces, se te quitan”, menciona mientras sus ojos azules dan evidencia de cuánto ama este deporte de élite.
El día a día de Nirvana gira en torno a sus caballos, de la escuela al hípico, disciplinada y muy decidida a hacerse de un nombre tal y como sus familiares lo han logrado -Alejandro quien fuera torero y Tigre quien actualmente tiene una carrera como tenista- con sus profesiones que de igual manera requieren dedicación. Muy a pesar de que a finales de 2015 Alejandro realizó su última faena en España, la pasión por la fiesta brava será algo que llevará siempre en el corazón, mientras Tigre continua haciendo sets y cosechando triunfos con su raqueta.
“El que no se cae no aprende -nos dice Nirvana muy segura- nunca me he accidentado gravemente pero durante el verano aquí en el hípico me caí y el caballo me pateó en la cabeza pero no pasó a mayores, solo un susto”, menciona.
Nuestra entrevistada nos explicó lo demandante que puede ser esta práctica, sin embargo, con mucha disciplina y ahínco se llega lejos, Nirvana sueña con grandes triunfos, actualmente sus ojos están puestos en “Concurso Ecuestre Longiness”, el circuito de mayor prestigio y nivel. Para llegar a su meta profesionalmente hablando, el camino ha sido largo desde que comenzó montando tiernos ponis hasta llegar a su primera competencia.
Los últimos siempre serán los primeros
Pese a los nervios y su corta edad, Nirvana está satisfecha de haber obtenido un segundo puesto en su primera competencia siendo muy niña. Sin embargo, en su casa, en la ciudad fronteriza donde su padre llegó a fundar una fructífera empresa, ella ocupa el sitio 19 en el árbol genealógico de la familia. No está sola, ya que tiene un mellizo: Jorge Carlos Hank. Ellos fueron los hijos menores que Jorge Hank procreó con María Elvia Amaya, quien falleciera en septiembre de 2012 tras perder su batalla contra el cáncer, tan sólo ocho días después de haber tomado protesta como diputada plurinominal. Tristemente su labor en la política quedó inconclusa, pero su recuerdo y labor filantrópica que ejerció, continúan latentes.
“Los 19 hermanos somos muy diferentes, pero los quiero mucho a todos, soy muy afortunada”, dice Nirvana quien nació en noviembre de 1999, convive de cerca con su mellizo y asegura que tienen una conexión muy especial, aunque muchas veces pasa temporadas sin ver a todos, debido a sus agendas, pero siempre están en contacto gracias a sus grupos familiares de Whatsapp.
Tesoro familiar
La amazona nació en el seno de una familia muy reconocida, en la que su padre incluso fungió como alcalde de la ciudad (2004-2007) y su madre fue una figura central, dejando una huella muy profunda como Primera Dama de Tijuana. En ese momento, Nirvana no comprendía al cien por ciento lo que ocurría, ya que sólo tenía seis años de edad; sin embargo, guarda un recuerdo muy especial de esta época: “Mi mamá nos vestía como muñequitas a mi hermana María Guadalupe y a mí”. Su madre se encargó de que, aunque no comprendiera la vida pública de su padre, participara con su encanto aún siendo muy pequeñita.
Al mencionar a su mamá no puede evitar recordarla: “La mujer más bella que he visto, mi ejemplo, todos la vamos a recordar siempre por su gran altruismo, se interesaba por todos y su legado va ir conmigo y mis hermanos siempre”. En sus redes sociales siempre suele recordar con nostalgia y profundo amor a su madre. Cada 27 de febrero, fecha de nacimiento de María Elvia, Nirvana publica una fotografía de su mamá y suele desearle un feliz cumpleaños.
En 2004 María Elvia Amaya de Hank se convirtió en Primera Dama de Tijuana. En ese momento pasó de ser una respetable ama de casa y dama de sociedad a un ícono de la mujer: su belleza y carisma conquistaron a todos, realizó muchas labores filantrópicas y puso en marcha la Fundación Por Ayudar. Este trabajo social causó un impacto muy grande en Nirvana y el resto de sus hermanos, por ver de cerca la labor que hizo su mamá en escuelas, orfanatos, hospitales desfavorecidos y la ayuda que brindó a personas en situación vulnerable. En su comunidad se conoció el ahínco y vocación de servicio de esta mujer que partió dejando ejemplo de vida para los suyos. Esto fue algo que marcó a Nirvana y que le gustaría continuar fomentando en sus próximos años.
Como un pequeño homenaje a su memoria, Nirvana también se ha interesado en las labores filantrópicas y continúa haciendo la diferencia tal y como su madre lo hizo. Aunque ella aún es muy joven (actualmente cursa la preparatoria) tiene claro que quiere continuar con el legado de servicio de su mamá. Además, está convencida que otro de sus sueños es ser una gran jinete por eso está segura que encontrará una carrera que compagine con sus planes dentro del circuito ecuestre.
Pasión de princesa
Usualmente vemos a bellas amazonas aristócratas -como Carlota Casiraghi o Zara Phillips- mostrar su encanto en circuitos hípicos, un deporte arriesgado en el que se combina la astucia, destreza y encanto. Desde hace varias décadas las páginas de la prensa rosa destacan la pasión de las princesas apostando todo sobre un caballo y dejando a un lado el glamour para dar paso a su talento.
Nirvana forma parte de este grupo, incluso, asegura que una de las herramientas fundamentales para poner en práctica este deporte es la determinación. Ella misma se define como una persona sencilla y alegre, aunque confiesa que en ocasiones su carácter se torna impaciente. Afortunadamente tiene como respaldo a su padre, quien le ha dado varios consejos: “Mi papá es un hombre muy dedicado y paciente, es muy devoto a su trabajo, siempre me aconseja y no deja que me rinda nunca”.
A pesar de su juventud, Nirvana tiene muy claro otro sueño en su vida: formar su propia familia y ser madre. Además, desea continuar montando, traer triunfos y reconocimientos internacionales no solo para su orgullo personal sino para que México destaque en esta disciplina. La guapa hija menor de la familia Hank menciona que heredó la determinación de sus padres quienes siempre le inculcaron: “ir tras sus sueños”. Durante la entrevista con CLASE, la primera que concede a un medio, la hija de Jorge Hank se mostró un poco tímida en ciertos momentos pero, de forma muy natural, nos contó varios detalles de su vida cotidiana, poco a poco se fue abriendo un poco más y se mostraba entusiasta de mostrarnos su talento como jinete y sus planes a futuro.
Esta joven amazona combina su belleza interior con la exterior. Tiene grandes ojos azules, una estatura envidiable, le gusta la moda como a todas las chicas de su edad, ama divertirse y pasarla bien con sus amigos, tal como lo muestra en su cuenta de Instagram. Su timeline muestra los mejores momentos que pasa entrenando y da muestra de su belleza y estilo. Su juventud no es solo lo que la define ya que no es común ver a una chica de su edad con metas y propósitos tan claros, ser tan elocuente en sus ideas y defender sus posturas: desde su decisión de ser vegana, hasta llegar a conquistar una medalla olímpica. Quizás detrás de ese rostro dulce está una amazona lista para impactar al mundo con su carisma y proponer un nuevo modelo más allá de la ‘ it girl’.
Nirvana se describe como un ser compasivo que ama profundamente a los animales, esto forma parte de su gusto por la fauna, misma que heredó de su padre. Todo ello la llevó a entender que su cuerpo merecía el mismo respeto que el que le da a éstos; exhorta mucho a las personas a que se informen sobre el estilo de vida de una persona vegetariana tal como ella lo hizo: “Empecé a informarme y cuando tuve todo el conocimiento me hice vegetariana, pasó poco tiempo para que mi cuerpo se acostumbrara, ya llevó un año y tengo muchos beneficios”.
También es una chica muy interesada en fomentar el respeto hacia los animales, sin embargo, cuando le cuestionamos sobre la profesión que tuvo uno de sus hermanos, Alejandro, de torero nos dijo: “Yo quiero mucho a mi hermano y lo respeto, él tiene su vocación y seguramente él respeta esta parte de mí”. Alejandro abandonó los ruedos poco antes de casarse con Bárbara Coppel y convertirse en padre de la pequeña Amaïa.
Nirvana nos mostró esa parte de la hípica que no se ve siempre. Nos relató cómo balancea su vida para lograr ser la jinete que sueña sin descuidar su vida social. Hasta hace poco sostenía un noviazgo con un joven de Tijuana, y aunque la entrevistada prefirió reservarse el nombre de su entonces pareja, descubrimos por sus redes sociales que se trataba de Bernardo Victoria, con quien ahora conserva una buena amistad.
Bella, joven, pero sobre todo muy decidida a saltar cualquier obstáculo en el circuito y en la vida, -tal como aprendió en su casa-, más que solo un bello rostro es una joven determinada a llegar lejos sin rendirse. Por todo esto, Nirvana, quien siente un profundo orgullo por ser una Hank, está dispuesta a conquistar sus sueños y continuar con el legado de su madre.