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Es la XII marquesa de Castelldosríus, Grande de España, y XXIX baronesa de Santa Pau, títulos nobiliarios que adornan su buena cuna. Desde 1796 la familia materna de Agatha tiene la distinción del marquesado de Castelldosríus, cuando se le otorgó el título a su antepasado Manuel Oms, virrey de Perú y de Mallorca, pero desde antes, en 1360, también contaban con la baronía de Santa Pau, título que la diseñadora peleó en los tribunales, conforme a la Ley sobre igualdad del hombre y la mujer en el orden de sucesión de títulos nobiliarios de 2006 y que aseguró la sucesión al trono español de la princesa Leonor, Agatha resultó beneficiada.
El último en ostentar la distinción hasta su muerte fue Carlos, hermano menor de la madre de Agatha, que no dejó descendencia. Cuando falleció su madre y en representación de ella, la diseñadora reclamó estos títulos nobiliarios, convirtiéndola en parte de la aristocracia y la historia de España.
Agatha saltó a la fama en la década de los 80, cuando instaló su estudio en la calle Marqués de Riscal, de Madrid, y comenzó a exponer su trabajo en galerías que veían su trabajo como arte. Es impulsora de un movimiento de artistas al que se denominó “movida madrileña”. Se colocó en el gusto de la crítica y pronto debutó en Francia y posteriormente en Milán. A lo largo de más de 30 años hizo crecer su imperio que produce desde sábanas hasta azulejos, sin olvidar esos estrafalarios y coloridos diseños que presenta cada temporada.
La recordamos entrando a la Catedral de la Almudena aquel 22 de mayo de 2004 (día del enlace matrimonial de Felipe de Borbón y doña Letizia) con un vestido que dio de qué hablar, y que no era más que su manera de expresar su descontento y desapruebo hacia la mujer que el Príncipe de Asturias había elegido como esposa. “No tengo porque rendirle pleitesía a Letizia Ortíz”, decía en voz alta la diseñadora; hoy, cuando se trata de su propia vida, calla y no dice ni una palabra de la polémica que encierra su abrupta separación matrimonial.
LA SEPARACIÓN
Agatha y Pedro J. Ramírez tenían juntos tres décadas y solo un año de casados. Unas semanas antes recibían a Bertín Osborne en su casa para el programa de televisión, días después anunciaban su separación.
Sus hijos, Tristán y Cósima, serían los más afectados en lo que hoy se ha convertido en un divorcio polémico donde está en juego un importante patrimonio artístico e inmobiliario con viviendas en Madrid, Mallorca, París, Milán y una finca en Carabaña, además de los ingresos de Agatha que son mayores que los de Pedro. La diseñadora declaró a un medio digital en España: “No hay vuelta atrás. Estoy indignada y desde luego que no intuía que pudiera suceder”. Pero ¿a que se refería con tanta indignación? Pues resultó que Pedro J. Ramírez tenía otra mujer, y esta se convirtió en blanco de críticas y acosos de la prensa rosa.
Su nombre es Cruz Sánchez, es una abogada que desde hace tiempo mantenía una relación laboral con Pedro. Ella forma parte del Consejo de Administración de “El Español”, diario fundado por Pedro J. Ramírez. Se especializa en la defensa de los derechos de las mujeres. Ya no se esconden, hoy es su novia oficial, incluso, ya posan juntos ante la prensa y ninguno de los dos tiene problema en admitir que tienen una relación.
Tristemente Agatha no sólo enfrenta una brecha en su vida privada sino además en su carrera: su marca presenta pérdidas en Estados Unidos, donde no ha sido muy bien aceptado el gusto de Ruiz de la Prada, quien abrió una tienda en el corazón del barrio Tribeca en la Gran Manzana. Además su divorcio continuará dándole dolores de cabeza, y mientras ella emprendió un viaje a América, su ex marido ya se pasea por Madrid de la mano de su nuevo amor.
SUS TÍTULOS NOBILIARIOS
Desde 1796 la familia materna de Agatha tiene la distinción del marquesado de Castelldosríus, pero desde 1360 contaban con la baronía de Santa Pau.
LAS OTRAS PÉRDIDAS
Las empresas de Agatha Ruiz de la Prada han presentado cuentas en el Registro Mercantil de España en un momento delicado para la diseñadora y empresaria. Esta es administradora única desde 2003 de Enjoy & Laugh SL, una gran entidad matriz cuya estructura accionarial reparte con sus hijos, ella tiene el 66.67 % de la empresa; su hija Cósima el 18.89% y Tristán el 14.44%.
Enjoy & Laugh SL tiene un poderoso activo total de poco más de 9 millones de euros, pero un balance de resultados, en este último ejercicio, con cifras en negativos. Concretamente, menos 468 mil 279 euros, según datos referentes al balance de cuentas de 2015. En el ejercicio de dicho año, hay una pérdida de patrimonio neto de casi cuatro millones de euros.
Tiene también un fuerte patrimonio inmobiliario. Sus inversiones en este sector son de casi 8 millones de euros de Urano & Gea (fincas rústicas) y de Hot, Beach & Golf, también posee más de 18 propiedades, muchas de ellas fueron obtenidas con los títulos nobiliarios que ostenta.
Por si fuera poco, la pareja tiene un departamento en París, entre otras propiedades. Habrá que ver los términos del divorcio y verificar si cuando contrajeron matrimonio, hicieron algún contrato prenupcial que pueda poner en juego la fortuna de una grande de España. El tiempo lo dirá.
