Letty Coppel está feliz con la llegada de su nieta Amaïa Hank Coppel. (Fotos: Cortesía)
La matriarca de las Coppel siempre ha sido generosa al estar pendiente de los demás, lo estuvo de su familia, en la infancia, continuó con sus hijas Lety, Hayley y Bárbara, y actualmente dirige una organización altruista que lleva su nombre y que ayuda a personas de escasos recursos en Los Cabos. El servicio y el amor a los demás siempre han estado muy presentes en ella.
Después de la felicidad por sus primeros nietos, ve en Amaïa una nueva ilusión no sólo para ella sino para toda la familia Coppel.
Apasionada de los viajes, los libros, la cocina y los suyos, el nacimiento de su nieta más pequeña le dio la oportunidad de emprender un nuevo viaje (a París, donde vive actualmente la familia Hank Coppel), de estar cerca de su hija y de disfrutar de Amaïa.
Letty se distingue por ser una persona feliz y su nueva nieta es un gran motivo para estarlo y ha asegurado “si yo no puedo ser feliz, entonces no voy a poder hacer feliz a los demás”.
Mujer disciplinada, optimista, fuerte, que sabe disfrutar de la vida y que se mantiene en forma, sana y guapa; ha declarado que; el ejercicio continuo, comer nutritivamente, dormir con horarios regulares, no beber más de dos copas, ser alegre y positiva son sus claves.
En entrevista con CLASE nos platica de esta nueva etapa como abuela por décima vez.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser abuela?
Mi trascendencia como mujer y en la ternura de Amaïa, el amor a la creación.
¿Cómo recuerdas a tu propia abuela, qué enseñanza o experiencia te marcó de ella?
La dulzura de sus ojos, la calidez de sus besos, y una sonrisa siempre en sus labios y su sobreprotección.
¿Qué has descubierto de ti misma, que no sabías, a través de la convivencia y el amor de tus nietos?
La capacidad de amar.
¿Cómo estás viviendo esta etapa de ser nuevamente abuela con Amaïa?, ¿es diferente a las experiencias anteriores con tus otros nietos?
Lo estoy viviendo con un gran orgullo de ser de nuevo abuelita, con un deseo enorme de que la niña crezca siempre al lado de sus padres y, sobre todo, al ser yo católica, que esté protegida por Dios Nuestro Señor y la Virgen María, a todos mis nietos los quiero igual, lo que pasa es que ¡Amaïa fue la cereza
del pastel!
¿Qué valores, enseñanzas o consejos has tratado de transmitirle a sus nietos?
El respeto a la dignidad de las personas, que valoren a la gente siempre por lo que son y no por lo que tienen, que estén siempre cerca de Dios y que tengan muy presente los valores y principios morales.
¿Cuál crees que es el papel de los abuelos para impulsar a la familia y a la sociedad?
Es una entrega total de amor, porque en ellos se edifican los más grandes anhelos y sueños de un ser humano.
¿Cómo has vivido ser abuela con tu esposo (Ernesto Coppel), como viven esta etapa juntos con Bárbara y Amaïa?
Ambos tenemos mucho orgullo de ser padres de una mujer (Bárbara) valiente y que siempre ha sabido tomar sus propias decisiones. Además de que estamos seguros que ella sabrá inculcarle esos valores a mi nietecita.
Conocemos de tu pasión por la cocina, ¿qué te gusta prepararle a tus nietos o cuál es el platillo que ellos te piden?
Siempre lo más sencillo pero que lleve el sazón que solo se obtiene cuando esto se cocina con amor.
Sabemos de tu fundación, ¿cómo te ha ayudado el amor de madre y abuela en tu labor filantrópica?
Siempre he tenido muy en claro que todos vivimos en una sociedad y como tal, somos una gran familia por ello, es importante proteger a nuestra familia pero más aún no olvidarnos que en este planeta no vivimos solos por eso siempre me apego a las palabras de Dios Nuestro Señor: “Amaos los unos a los otros”.
¿Qué consejos o reflexiones has compartido con Bárbara en esta nueva etapa de ella como madre?
El maravilloso don de ser madre es tener la fortuna de dar vida, ahora Bárbara entiende mucho más que, siendo madres, uno da la vida por sus hijos.